El ejemplo de familia de la alta y media-alta sociedad, eran la Reina Victoria, su esposo Alberto y sus nueve hijos. |
Las mujeres en la época victoriana, si pertenecían a la clase alta o media-alta, pasaban el día entre responder las cartas que recibían y las relaciones sociales (bailes, salidas a la ópera, meriendas...) Eso sí, para esa vida aparentemente tranquila, necesitaban estar casadas con un hombre de estatus alto.
Las que no tenían tanta suerte y debían trabajar, no solo se encargaban de los hijos y la casa, si no que tenían muchas limitaciones para encontrar algo. Las más afortunadas encontraban un trabajo de sirvienta en una casa. Entonces, solo veían a su familia una vez a la semana, pero llevaban sueldo y eran respetadas, sobre todo, si trabajaban en una casa de la alta sociedad.
Los matrimonios eran la mayoría por conveniencia, lo que causaba más de un disgusto a la mujer, que, sin embargo, se conformaba, pues muchas padecían los malos modos de sus maridos. No les fue posible divorciarse hasta 1857, y entonces, era desafortunado para la mujer. Hasta 1870 no se les concedió a la mujer una parcial independencia, pero gracias a la Ley sobre Propiedades de las mujeres casadas, estas podían pelear por lo suyo y por los hijos.
Hay que destacar que en 1848 se dio permiso a la mujer para que pudiera estudiar en la Universidad de Londres, hasta ese momento, la Universidad estaba dedicada exclusivamente a los hombres. Las mujeres, eran educadas en la casa y se les enseñaba a bordar, a tocar algún instrumento musical, cantar y bailar. Era todo. Pero cuando pudieron entrar en la Universidad, dejando los típicos estudios de enfermería y maestra, para realizar, incluso, la carrera de Medicina.
Las de la clase media-baja y la clase baja trabajaban en las minas, en la prostitución... No tenían derechos, solo se esperaba de ellas que fueran buenas esposas, buenas madres y que llevaran dinero a casa. Algunas, llegaban a trabajar en pésimas condiciones hasta 17 horas al día. Las sirvientas también trabajaban ese tiempo, pero en otras condiciones mucho más saludables.
Hay que destacar, que la Reina Victoria creó un modelo familiar con su esposo Alberto y sus nueve hijos, que todos los matrimonios querían imitar, pero muy pocos lo consiguieron.